jueves, 21 de noviembre de 2013

texto

Acabo de terminar de leer un libro titulado: Exhibición de Atrocidades, de J.G.Ballard, un libro en el que Ballard pinta un mundo caótico, violento, sórdido, donde la guerra de Vietnam, los coches, las máquinas, la sexualidad como un lugar donde refugiarse, un mundo en que los personajes se mueven entre coches y camas bajo el aliento de un deseo sexual enfermizo, este deseo late en toda la obra, el caso es que el texto que tenéis más abajo esta influenciado por esta lectura, yo he cogido la bicicleta y la mujer como puntos de interés.
Después de leerlo, vais a “ver” la bicicleta de otra manera, ¡¡JA!!, ¡¡JA!! ,JA!!.
Gracias.

La exhibición de atrocidades “biciosas”   (Homenaje a J.G.Ballard)

El cuadro de la bicicleta, con su geometría exacta de tubos cilíndricos, y sus ángulos precisos, en perfecto equilibrio con tus muslos, contrastaba con las pequeñas manchas de aceite que chorreaban por tu tobillo derecho, deslizándose lentamente por tu piel, creando una imagen obscenamente sucia, acrecentada por el lento girar de los pedales.
La brisa de la mañana movía tu melena, al tiempo, que un gemido escondido se dejaba sentir tras el pedaleo parsimonioso y, al calor de tu cuerpo, el sillín se estremecía cuando el cuero terso se dilataba en milímetros de exaltación pseudo erótica.
Los dientes, de los grasientos piñones, duros y brillantes, penetraban lentamente en los intersticios milimétricamente exactos de los lubricados eslabones de la cadena, creando una escena orgásmica en un mundo frío y distante, en un mundo de metal.
Así, te dejabas deslizar por fantasías cargadas de deseos escondidos, en los que la unión de tu bicicleta y tu cuerpo hacían humedecer tus sentidos hasta límites difícilmente soportables y, notabas, como todo tu ser se estremecía de placer por el simple hecho de montarte encima de ella. Era, cuando en un continuo fluir de imágenes que pasaban por tu recuerdos añorabas aquellos intensos momentos cuando gozabas con cada subida y cada bajada, notando en tu sexo el ardor de una pasión desbocada.
En tus axilas, humedecidas por el esfuerzo constante y rítmico se dejaban vislumbrar pequeñas gotas de sudor que se deslizaban lentamente por tus costados, caderas y muslos, mojando con ello pedales, bielas y cadena, llegando a empapar tu paseo con deliciosas fantasías lubricas.
Te estremecía el más mínimo roce de tus dedos sobre los puños de cuero del manillar, de tacto suave, terso, cálido, sintiendo la sensación de acariciar un miembro viril masculino
De tu grácil cuello, lentamente, se deslizaban pequeñas gotas de sudor que bajaban por tu escote para introducirse entre tus senos y empapar tu ombligo mojando tu sexo, ya, húmedo y caliente.
En cada pedalada, entre los húmedos y sensuales labios de tu boca, surgían imperceptibles susurros de placer, provocados por ese constante y rítmico movimiento.   
Las formas sinuosas de tus pechos contrastaban con la rectitud del manillar, que en una perfecta armonía de contrastes se sumaban a las líneas curvas de tus caderas y tus muslos, cuando estos abrazaban el cuadro de tu bicicleta, haciendo de todo ello una bella conjunción geométrica de paralelas y sinuosidades turgentes.
Los tenues pliegues de tus ingles, enmarcaban en tu vaporoso vestido la forma triangular de tu pubis, que acariciaba con lentos movimientos, apenas perceptibles, la erecta forma de un sillín brillante y lustroso, como un glande a punto de estallar.
La fresca brisa de la mañana pegaba tu vaporoso vestido a tus pechos, excitando levemente unos pequeños pezones, que como pequeñas válvulas de escape anhelaban salir de ese etéreo tejido y encontrar su libertad.
Y, así, lentamente, entre oníricos ardores………… llegabas al trabajo donde te esperaba una agotadora y dura jornada, llena de rutinas y diálogos grises y aburridos, hundiéndote despacio en las arenas tibias de la ciénaga diaria.  

lunes, 11 de noviembre de 2013

Paisajes de una bici

Estas fotografías son un recorrido por los paisajes, formas, líneas de 
una Brompton; la belleza que esconden sus pliegues era digna de 
fotografiar, dentro de un estilo determinado.
Espero que os gusten.
































lunes, 4 de noviembre de 2013

Postales
















Ficha de Ruta






RUTA: Ruta por Bellos, Bujaruelo, Ordesa

DURACIÓN: La ruta se hizo en 4 días

RECORRIDO: El viaje lo empecé en la localidad de Ainsa, pedaleando hacia Escalona, y subiendo por el desfiladero del río Bellos, dejando el cañón de Añisclo a la derecha, para continuar a la localidad de Fanlo, para continuar en bajada a Sarvise y Broto y llegar por la tarde a la localidad de Torla.
Al siguiente día cogí la bicicleta con los bultos justos para llegar a Bujaruelo y el valle de Otal, hacer algo andando y volviendo por la tarde a Torla.
El tercer día de ruta pedaleé camino de Ordesa también con los bultos justos, dejando la bicicleta y calzándome las botas para subir hasta Soaso y pasar todo el día en el Parque Nacional.
El cuarto día salí de Torla dejándome acompañar por el río Ara, a mí derecha hasta Ainsa y dando por acabada esta pequeña ruta en la que he conjugado bici+ paseo.

CARTOGRAFÍA: Con el mapa provincial de Huesca, escala: 1: 200.000, no hay problemas.

CÓMO LLEGAR: Usé coche privado.

CÓMO VOLVER: Volví lógicamente, en el mismo vehículo.

BICICLETA RECOMENDADA: Cualquier bicicleta pensada y preparada para llevar alforjas y equipaje puede usarse, aunque quizá sea preferible una de montaña.

DÓNDE PERNOCTAR: Hice noche en un hotel en Torla, como campo base para todos los días.

ÉPOCA: La ruta la realicé en otoño (31 de Octubre al 3 de Noviembre).
Espectacular el colorido en esta época.

DIFICULTADES: Realmente al ser una ruta con un kilometraje corto no hay excesivas durezas, no es una ruta dura con cotas altas.

ATRACTIVOS DE LA RUTA: El impresionante entorno del Parque Nacional de Ordesa y sus alrededores son un entorno privilegiado y en la época que realicé la ruta es sencillamente espectacular.

Los contrastes de color y la Naturaleza en si misma lo dicen todo.